Razón número 2: Proteger el medio ambiente
La decisión de celebrar la Navidad con un árbol natural tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Antes de ser cortado, un árbol natural se cultiva durante unos 8 años en el campo. Por eso, en lugar de ser fabricado, un árbol natural convierte el CO2 en oxígeno, proporciona un hábitat para la vida salvaje y mantiene grandes extensiones de espacios verdes en toda Norteamérica. Y, a diferencia de los arbolitos artificiales, cuando ya no te haga falta, uno natural es 100% reciclable y 100% biodegradable.